
María y Jóse están realizando prácticas laborales en el servicio de limpieza del centro, en un programa de inserción laboral que ASALSIDO gestiona desde hace cinco años. Hasta llegar a estas prácticas laborales, ellos y todas las personas con síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales que acuden a nuestra Asociación, han tenido que pasar por otros muchos programas y talleres que los han ido preparando para ello; más de mil manos especializadas los han ido formando, apoyando y conduciendo hasta alcanzar la suficiente autonomía, comportamiento, habilidades, etc. que les permiten realizar un trabajo y optar a una vida propia e independiente, para ser y estar con los demás, en el mismo sitio y con los mismos derechos.
Y mientras nos ocupamos de este gran reto, los “manchurrones” invaden la fachada de nuestro edificio cada día dando pié a que nuestros hijos con discapacidad crean que todo está permitido, que podemos hacer lo que nos venga en gana y que lo que sus padres y profesionales les corrigen y reeducan, no es verdad. Y ellos pueden pensar.... “yo no puedo tirar aquél vaso de agua al suelo, con las ganas que tengo de hacerlo y además el poco daño que haría a la comunidad... y ellos, los “máscapacitados” pueden pintar la fachada de mi edificio todos los días, cada vez que quieran, y nadie les dice nada, nadie los reeduca nadie les programa una inserción en la comunidad”.
¿Y qué le podemos contestar a nuestros hijos si todos los días aparece una nueva pintada en la fachada del edificio de su Asociación? ¿qué le podemos decir a quienes cada minuto se esfuerzan en controlarse y formarse, en adquirir nuevas habilidades para ser admitidos en la “sociedad” como uno más y ven diariamente cómo las personas consideradas capaces por esa misma sociedad actúan según su capricho y con la única intención de molestar?
Nuestros hijos con síndrome de Down aprenden sobre todo mediante la imitación y esta actitud de quienes cada día nos destrozan la fachada de la Asociación está favoreciendo un aprendizaje totalmente contrario a su integración en la sociedad.
Por eso nos dirigimos a toda la comunidad, a toda nuestra ciudad, para intentar que entre todos ofrezcamos un modelo mejor que, al ser imitado por nuestros hijos con discapacidad intelectual, favorezca su integración social y no menoscabe todo el trabajo que desde las asociaciones, familias, colegios, etc. estamos realizando, apoyándoles durante toda su vida, en ese camino que cada uno tiene que recorrer para alcanzar una vida propia e independiente.
Por favor, no se lo pongamos más difícil, seamos modelos perfectos para que su aprendizaje sea impecable....
Mientras tanto, María y Jóse continuarán con su trabajo de todos los días, continuarán limpiando la fachada de su edificio...